Anoche,
Al entrar en el sopor
De un nuevo sueño,
Pensé en hacer un nuevo otoño,
Con las hojas difuntas de ayer,
Con lo mustio de amores muertos,
Esta estación es como una oruga
Que al partir entrega primaveras
O mariposas de tiempos coloridos,
Más solo fue un pensamiento
Que se deshizo con el tiempo.
Esta mañana
Te vi desnuda como sos,
Me vi desnudo como puedo,
Tuve miedo de que barrieras el deseo,
Ese que anoche nos encendió,
Que borro lentamente el espacio
Lugar arrasado por el fuego.
Y en el doblez de mi mirada,
Con una herida a fondo,
El viento representa lo indeseado,
Lo que en la calma mueve mi mesura,
Mientras guardo en el arcòn
Tus carcajadas llenas de lujuria,
Tus provocaciones cargadas de ternura,
Sin poder capturar tú sombra
Fantasma lascivo de pasión.
De todos modos el horizonte
Siempre me remite a mi suicidio,
Se que he de matarme luego de desaparecer,
Cuando la parca no tenga posibilidad
De hacerme creer,
Que en ella hay algo de humanidad.
En tanto sigo
Buscando las palabras,
Las que te embaracen de compromiso,
Las que sorban tus senos matinales,
La que detenga tu cuerpo y lo atraviese,
Abriendo mis ojos como un dios naciente,
Que mastique tus salivas,
Levando el ancla de tus piernas
Hasta entender de entre gemidos que es lo que sientes.
Es hora de vestirme
Para salir desnudo a la vida,
De recorrer de punta a punta
Cada centímetro de tu anhelo,
Pienso en la comisura de tus labios,
En lo arrogante de absorber cada gota
De estos espirales de líquido,
Oasis sempiterno de algún infierno,
En el que descansan los hombres sabios
Eunucos de amor que solo toman nota.
Sostengo lo imposible
De mantener mucho tiempo la mirada,
Como no se contiene eternamente
La presteza vital de mí amada.
Suspiro en la vigilia
Aun no he cambiado el tiempo…
sábado, 15 de octubre de 2011
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