viernes, 14 de octubre de 2011

EN ESTE AMANECER

Tiemblo


En este amanecer,

Cuando las palabras que conozco

Son un festejo cayendo

Con el asombro de los pájaros.



Pienso en la vida,

Se que esta tan sola,

Que a la muerte ya no le va quedando soledad,

Le cercenan la voluntad,

La de creer en ángeles sexuados

O en la palabra que limpia los espejos

Tan simple son las cosas,

Tan compleja la oportunidad,

Que llueven paréntesis allá a lo lejos.



Vaya que mañana

La de este despertar,

Entra la brisa descarnada,

La obligación de seducir,

La neblina de mi mirada,

El no querer compartir con nadie

Mi silenciosa vacuidad.



Leí que mi mujer era una geisha,

Enteramente mía,

Pero me distraje con lo vulgar de ese lapso

Frente a la ambigüedad de tu regazo,

Donde nacen y mueren espermas

De los más variados colores,

Mientras me entregaba

A la fugaz filosofía y el barro,

En tanto las lagrimas adornan mis dolores.



Se que me recreo con las palabras,

Que me doy forma,

Que me esculpo,

Cuando no escribo soy una ausencia

El sexo y la escritura me permiten

Tener forma que se confunde con mi esencia,

Tener la dimensión donde nada tiene norma.



Mi lenguaje es

Como una mano ahuecada,

Llena de agua resecada

Que humedece el paladar,

Llegan las ondas del orgasmo

Curvas, armoniosas, calientes.

Como un ángulo recto indeseado,

Como amanece en tu cama este marasmo

En el que perduran solo los valientes.



Se que solo desnuda da sombra la flor

Imaginando la lámpara hasta encenderla

Que lumbre tiene la misma

Que no comprende que el amor

Busca la arrepentida tabla

En la que aparecemos para entenderla.



Un poema que se va

Por los bordes de mi cuaderno

Será que amarte hoy

Es tan antiguo que supera lo moderno.



Temblamos

En este amanecer,

Y no es incorrecto.

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