lunes, 17 de octubre de 2011

NUESTRO FLACO

No sabía


Porque había nacido aquí,

Porque estas calles terrenosas,

Porque tanto pasto y las desdentadas baldosas,

Porque jugar con los juegos de la imaginación.

No sabía,

Más en algún lugar

Seguramente lo presentía.

Un día escuchando

Me regalaron la palabra patria,

No lo sentí como esos términos ajenos

Pero me pareció que no estaba presente,

Que reclamaba rescatarla de algún sitio,

Y tome los juegos

O las armas que eran similares,

Me agazape a la espera del villano,

Descreí de los uniformes hasta los del portero,

Tuvimos una santa que era pagana,

Le decíamos evita capitana.

Y pensábamos en un regreso

De un lugar de cuentos,

Puerta de hierro

A este país, merecedor de ser soberano

Basta de muerte inútil,

Fusiles guerrilleros,

Sangre joven para que vuelva el general,

Y la tragedia se llevo lo mejor.

Rodábamos de calle en calle,

Hasta que entendimos que la historia la escriben

Los desgarbados,

Los que son feos por naturaleza,

Los que por dentro son tan locos

Que esa incordura los vuelven los más bellos,

Los que parecen amagar llamarse Néstor

Pero tiene tantos nombres y muchos más rostros

Que no hay nada que contenga esa soldadesca.

Y me pierdo sin saber porque nací

En medio de un maremoto de banderas azul y blancas,

En las postrimerías de un bicentenario,

Cuando en otro octubre

La muerte creía que había ganado,

Hoy viene a rendirnos pleitesía,

Porque uno de los nuestros,

El más desgarbado, el más sabio,

La perforo sin pedirle nada a cambio,

Y aquí la pingüinera,

Los que hemos velado amaneceres,

Los curtidos en batallas inolvidables,

Los que lloramos al recordarte

Flaco loco,

Presidente nuestro,

Padre eterno como las nieves de tus cordilleras,

Sabrás seguro

Que has pasado y te quedaste con todas nuestras primaveras.

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