Tengo momentos
En que me gana el desconcierto,
Momentos sueltos,
Esos vagabundos inevitables,
Que me carcomen las certezas
Que no paran de levantar las vías
De los viejos tranvías urbanos,
Que conocedores de mi pereza
Se atreven a desnudar mis letras,
Viendo al trasluz algunas estrofas,
Escandalizándose por alguna noche de sexo,
Vaya suerte tener esos instantes!
Y tengo la certidumbre
Que tengo muchos,
Lo que me permitió conocer
Cuantos difuntos existen sin enterrar,
Que andan por el mundo sonriendo,
Sin su partida de fallecimiento extendida,
Sin haberla retirado,
Fenecidos portando la ignorancia
De apercibirse que deambular
No es de lo que se trata la vida.
Tengo lapsos
Como sucede con los recuerdos,
Que se ajean
Pareciéndome enteros,
Que me caminan como insectos
En la escasez de mi soledad
Que huyen cuando escribo
O mueren sobre el papel impreso
En esas noches preñadas de humedad.
Últimamente amo más,
Deseo más a mi mujer,
Veo la entrega mutua,
No dejo de mirar sus formas,
Ni de encantarme su sonrisa,
Pero siento el hastío de la repetición
En nombre de la poesía,
De la que hago uso de sus partes,
De las partes del universo
Para hablar de amores platónicos
O desgarradores
Bueno es a veces
Que mi mente se llene de interrogantes,
Que enderecen mi mano
Hacia otras cosas,
Más cotidianas,
O más obsesivas,
O mas reprimidas,
Mas que concuerden con mi realidad
Porque al falsear
Me aborrezco en la mentira.
Niego el tiempo
Reconociéndole su importancia,
Como denostó algunas cosas
Agradeciéndole lo que me inspira.
Soy la contradicción más plena
Y lo soy por estar vivo.
miércoles, 26 de octubre de 2011
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