EQUIVOCADO

Debo ser

una persona buena

que se levante al sonido del reloj,

ducharme los dientes en la bañera

mientras me peino caminando para atrás,

no debo crear problemas,

pasar camino a mi trabajo

frente a tanto indigente

con colchones baratos de orina y de alcohol

debo creer en la utopía

del consumismo a ultranza,

del egoísmo empastillado,

con pibes que piden un mango

para la cerveza en un sucio porrón.

Debo,

en mi catalogo de buen ciudadano,

ayudar a las viejitas a cruzar nueve de julio,

mirar para otro lado

cuando los fachos golpean sin piedad

a los que antes desalojaron de un conventillo,

no hacerle el juego a los comunistas

con estas cosas de la solidaridad.

Debo encerrarme,

sentir que soy la gente buena,

pensar con el bolsillo,

aplaudir si violan a una menor,

mirar por tele de los garcas la sonrisa,

bichos feos, buitres de una pata,

animales que de tan rastreros

se escabullen entre lapsos de mucha prisa.

Debí,

ahora no puedo,

limpiarme la boca con la servilleta,

hablar idiomas en la conversación

con un gerente de este mundo loco

en el camino al loquero me alertaron

que pronto he de salir

que yo seré lo que veo o toco

con la debida autorización.

Me dijeron,

es por su salud muchacho,

tome los silencios por lo que son,

las charlas son reflexiones de dementes,

no intente saltar el paredón,

allá no hay nada

solo el vacío que dejo el armagedon.

Mire lentamente,

vi los muros y paredes,

alguien al paso me susurró,

el infierno esta con los normales

somos la ultima reserva de algún dios

que va de encierro en encierro

en los múltiples hospitales.