martes, 5 de junio de 2012


LAPSO BREVE

Ahora,
tengo un segundo
en el puño izquierdo
de mi mano desvanecida,
tengo un instante
de aromas parisinos
de esos que no se olvidan,
y entre la delgadez de mis dedos
se disuelven los rencores sin ningún tino.
Lapso breve,
tan vacío que las sombras lo devoran,
lo enroscan en busca de un recuerdo
o permiten que se hunda en un reloj
donde ha de lavar su ropa sucia
en las aguas desnudas que lo decoran.
En tanto
en la calle fría de mi barrio
donde el transito ha cesado de pasar,
abro la puerta con su picaporte enmohecido,
me recibe el chillido de la apertura
por un instante se hace mas tarde que la tarde
hasta que la luz artificial
me muestra las formas de lo simple conocido.
Pongo la pava,
preparo el mate,
se que a no mucha distancia
estará tu cuerpo desplazándose hacia casa,
sobre tus largas piernas,
con la inercia del cansancio bajo el cielo
sabiendo que a tu paso
las miradas tienen el castigo de deshacerse,
las palabras se quedan sin sonido,
con tu imponente soledad en el sendero
llegas con tus ojos de caramelos.
Subo a una poesía,
trazándola letra por letra,
poniendo en el armario alguna estrofa,
sacudo el mechón de mis cabellos,
imagino mi sangre desanimada
le insuflo versos que abran la melancolía,
con adjetivos que hieran a la depresión,
que se asomen a disfrutar de tu sonrisa,
que celebren los aplausos de mis fantasmas,
intento abrazar la calidez de esta vida,
deshacerme de alguna pesadez
que como piedras opresoras
se estacionan en el borde de mi garganta,
sabiendo que tu haces de mi memoria
una viajera nueva y hechizada,
que te observa transformarte en fuego
en el momento de tu plena desnudez.

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