viernes, 15 de junio de 2012


LA VIDA CUENTA

Se inicia la cuenta
regresiva,
esa por donde se ven las curvas
del número seis,
con residencia en el altillo,
escondido de mi mismo
con el temor al encuentro,
cuando al mirarnos a una misma cara
no sepamos que decirme,
que triste pensar que era yo mutando
o desintegrándome
en un barril de vanidad adentro.
El espejo lo es a medias,
mi rostro se ha deglutido su cristal,
torpeza de mañanas,
ensañamiento de mi soberbia
y el cura que repite desde el pulpito
cometes un pecado capital.
Sigue la cuenta,
ya llegue a la hache,
bulliciosamente muda
me relata que hacer
o que esta intensa humedad
cruel, triste, porteña,
empiezan con su identidad.
Ya esta cayendo la tarde
con la palidez de sus colores,
tarde que vio nuestros besos,
que bendijo esos labios nuestros
esos susurros impertinentes,
jadeantes,
que en avernos se convirtieron
cuando rodé sobre tu espalda
y fui pliego en lo profundo de tu piel
hasta desaparecer sobre tu sombra,
la que reposa en el lecho de palabras
que componen con la magia de tus senos
otro poema inédito en el alma.
Me despertó la luna furiosa
en tanto tu dormías
entre los pétalos de las rosas
sobre la playa pedregosa de esta pieza,
ya se ha retirado la espuma de tu saliva
que surcó el sendero de mi presencia
enredado imperativo en tus limites,
en las oraciones de tus aves marías
mientras descansas las sañas de la pasión
beso las pestañas del instante de la urgencia
y soy testigo de mi misma salvación
desde la oscura noche hasta que comienza el día.   




  



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