sábado, 9 de junio de 2012


CAMINO
 
Anoche,
en medio de la niebla,
cuando se astillaba la soledad,
y se comprimían los susurros de los grillos,
con un incesante coro de desequilibrados en bandada
que alzaban sus muecas en medio de mis pesadillas,
anoche,
con la ausencia como testigo,
comprendí  los signos de las cosas ya pasadas.
Siempre la oscuridad
muestra la longitud de su saliva,
la intensa latitud de lo pernicioso
las aletas desplegadas en rededor
de los horrores nocturnos que me acompañan
en este largo derrotero
desde el útero como parte de un agujero
mientras voy cayendo lentamente hacia el mundo,
hacia el comienzo  de lo que será el incompleto todo
para convertirse un día en la inmensa grandeza de la nada.
Hoy
en este extenso camino
replico mis penas con los clavos de herradura
machaco mis alegrías con adorno floral
mientras sacudo los botones nacarados
de las camisas de sexo apresurado
el de las morada de citas o de putas
donde mis zapatos no son de necesidad
como si lo es la desnudez de las audaces prostitutas
las que descalzas me escoltan  en este tramo,
el indecente,
el piadosamente incontable,
el que mata la hipocresía de mucha gente
la que sonríe falsamente sufriendo
si los semejantes son los que disfrutan.
Me voy soledad,
no me necesitas,
somos una maléfica pareja
me reviven los calores de otro cuerpo
de los rasguños de una mirada verdosa
me voy digo,
sabiendo que soy yo el que se va,
el que finalmente te deja .

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