LA PALABRA Y LA VIDA
Procuro
actualidad y certeza
no la de aprender del pasado
mas bien ir y venir
hacia lo pretérito
a interrogarme desde allí
el sentido de este presente
para que sea distinto,
recuperado
tal como relampaguea
en un instante de peligro
donde suenan las alarmas de la historia
sintiendo que las campanas
repiquetean por nosotros
y porque no
por algunos tristes otros
mientras desde el cielo
se desprenden adoquines terracotas
remontando barriletes de vacío
y se estampan trapos contra el suelo.
Me interrogo
sobre la disposición de un instante,
acerca de que densidad temporal encierra
pensando que quizás la vida sigue
porque lo mas terrible
ocurre en ese último y definitivo lapso
donde toda herencia,
resonancia,
transmisión se agota,
en ese punto
en el que se suspende
para siempre la vital palabra,
para que el amplio mundo
se diluya en la infinita gota.
Como poeta
hay que luchar contra la muerte,
dar batalla en ese momento,
ese segundo que aun da tiempo
para enfrentarla,
para expulsar los pájaros agoreros
ese instante indecible cuando aún
no todo esta consumado,
de esos silencios
que se convierten en vacíos infinitos,
eternamente mudos,
estan amasadas las voces
que ahora escuchamos,
de ese mutismo de los muertos
esta hecha nuestra vida,
sino lo llenáramos hablando y escribiendo
no estaríamos vivos
y es escribiendo que resistimos
que alumbramos nuevos fuegos
que incendiamos esta llanura de agua
sorprendemos nuevas alboradas
por donde discurren los versos
y este andar se torna en un insólito juego.
sábado, 5 de enero de 2013
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario