sábado, 5 de enero de 2013

LA PALABRA Y LA VIDA


Procuro


actualidad y certeza

no la de aprender del pasado

mas bien ir y venir

hacia lo pretérito

a interrogarme desde allí

el sentido de este presente

para que sea distinto,

recuperado

tal como relampaguea

en un instante de peligro

donde suenan las alarmas de la historia

sintiendo que las campanas

repiquetean por nosotros

y porque no

por algunos tristes otros

mientras desde el cielo

se desprenden adoquines terracotas

remontando barriletes de vacío

y se estampan trapos contra el suelo.

Me interrogo

sobre la disposición de un instante,

acerca de que densidad temporal encierra

pensando que quizás la vida sigue

porque lo mas terrible

ocurre en ese último y definitivo lapso

donde toda herencia,

resonancia,

transmisión se agota,

en ese punto

en el que se suspende

para siempre la vital palabra,

para que el amplio mundo

se diluya en la infinita gota.

Como poeta

hay que luchar contra la muerte,

dar batalla en ese momento,

ese segundo que aun da tiempo

para enfrentarla,

para expulsar los pájaros agoreros

ese instante indecible cuando aún

no todo esta consumado,

de esos silencios

que se convierten en vacíos infinitos,

eternamente mudos,

estan amasadas las voces

que ahora escuchamos,

de ese mutismo de los muertos

esta hecha nuestra vida,

sino lo llenáramos hablando y escribiendo

no estaríamos vivos

y es escribiendo que resistimos

que alumbramos nuevos fuegos

que incendiamos esta llanura de agua

sorprendemos nuevas alboradas

por donde discurren los versos

y este andar se torna en un insólito juego.



No hay comentarios: