miércoles, 9 de enero de 2013

UNA VEZ


Hubo una vez primera
detrás de una vieja ventana
bajo la luz de la lámpara
que me mire los ojos claros
esos que tanto miraron
esos que tanto vieron
quizás no todo comprendieron
pero son el deposito visual
de las cosas acaecidas
minuto tras minuto
hora tras hora
tiempo de un mismo tiempo
en que las cosas no renacieron
forzadas por el deseo de un hombre
ni por los deseos de una mujer
sino que fenecieron sin demora.
Hubo un canto
en un anochecer de luna nueva
con los lobos rondando tu vientre
desconocidos por la estación del año
sin saber precisar si conocían la sed
sin saber si comprendían la lluvia
pero existió un instante
en que detuve mi inmovilidad
aseguro que fue en un momento lejano
que me asombro tu cara envuelta en fuego
se que nacer a través de los días
en infinidad de partos
me entregó la posibilidad
de ser pasajero de estos tiempos
jinete amansador de nuevas eras
lenguaraz bestia tragona de una época
en el baile infinito de la humanidad.
Vivir genera olvidos y espejismos
con escenarios como la infancia
recordar en ese patio a mi abuela
tan igual a la distancia
que me lleve la madreselva
con su aroma de madrugada
para no sentirme tan solitario
para no desnudarme en soledad
para sentir la fragancia del bullicio
sintiendo que la quietud es una forma de goce
en el que ejerzo mi oficio de lector
forrando el tiempo con papel mojado
el que use para los planos y para los mapas
traslucido y opaco en una sola ocasión
y volvo a repensar
que hubo una primera vez
en el que las gaviotas de mi edad
me entregaron la vida en toda su emoción.  

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