domingo, 6 de enero de 2013

MODO DE PARTIR


Partí
detrás de la penúltima lagrima
atravesada por la bruma de la nostalgia
que la corta
que la hunde
que la convierte en mi sitial
que no deja que me muera
aunque nunca deseo terminar
pero una lagrima es una señal
de dolor
de alegría
es una cosa vital
que cae suavemente
sobre la palma calida de mi mano
la que acaricia por las noches
las paredes de tu ser
que acuña tu nombre de mujer
sobre las líneas rectas de algún reproche.
Salí caminado
por los limites de la sombra
por el pasaje angosto de la infinitud
rodeando con mi boca
el contorno de tu cintura
desatando con mis dedos
los lazos de tus breteles desparejos
sintiendo la firmeza de tus piernas
que reposan sobre las nubes de mis hombros
antes de trasponer la puerta
antes de que se abran la represa de tus rías
recostado en el ardor de la tempestad
hembra tan solo mía cuando te nombro.
Solté el sueño
de un invierno desangelado
donde los pasos de su hechura
de ángel bravío del infierno
de los pecados de una lujuria perversa
que hace mar en el lago de mi lecho
con la tristeza siempre presta
o con la alegría sensual del distendido lecho
solté el sueño
para quedar prisionero de la vigilia
de mil gitanas
de calles borrosas con perros flacos
hambrientos de tanta soledad
como la bondadosa tangente espiritual
la de la niña de las doce del mediodía
que sacude el tablero de ajedrez
con los delgados dedos de su inmadurez
en ese atardecer fue que partí
convertido en la sangre de tu suave melodía.     




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