EGO
Herido
de gravedad absurda
va mi ego
el que creyó que no amanecía
que envuelto en celofán
las polillas no lo alcanzarían
el que asistió
a tantos cafés filosóficos
no con la intención de encontrar cierta verdad
sino de mostrarse ante las hembras
cubiertos de frases ininteligible
que sirvieran de alfombra coloreada
para llevarlas hasta su lecho
digno corolario para tan verborragica siembra.
La herida
difícil de cerrar
sobre esta piel artificial
sobre este espacio invisible
por donde ronda la mas variada vanidad
no sangra de sangre natural
sino de astillas arduas y engreídas
de creer que sabe
lo que es mejor no recordar
lo redundante
aquello prescindible en su longitud
sin carnes arrugadas
solo la mascara triste y pedante
en el arte de aparentar.
Así lo vi ocultarse
entre los breñas de mi conciencia
hacerse a la mar de mis neuronas
y en el descampado de los recuerdos
quedar malherido por la indiferencia
suerte que no se extendió
mas allá de soportable
que siempre hay alguien
o algo
que pone limite a la soberbia
a la luna oscura de los sofismas
a los clavos oxidados de lo creído
a la sabiduría que es solo baratija
de alguien carente de carisma.
Se que solo es lastre
que convivimos todos los días
que hay que podar sus ramas
no permitir que crezca en el descuido
que no salga a pasear sus brillos
de apariencia contrapuesta a la humildad
ese lado cristalino de mi persona
que reniega de elogios y alabanzas
hasta oír armonía en el canto de los grillos
apagando los fuegos del egoísmo
en los espejos ardientes de la verdad
y alegrarse del amor que se transforma en danza.
viernes, 28 de diciembre de 2012
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