miércoles, 26 de diciembre de 2012



DE NOCHES Y DE AMOR

Una noche
cayó mi frente
sobre la tabla de una mesa
en un bar cualquiera
de mala muerte
o de peor vida
se derribó como un árbol viejo
talado por el alcohol
entre la maleza de una borrachera
queriendo olvidar
lo que ya no recuerdo
aunque aun me huele a tristeza.
La botella
tiene forma de olvido
de alegría preestablecida
de evasión de lo habitual
intento de escabullirse de las penas
y al levantarme de la silla
con el equilibrio suspendido
con la torpeza en el habla y el andar
sigo con los cuchillos hundidos
buscando descansar
en algún sueño reparador
pero me encuentro con terribles pesadillas.
Hasta que un día,
siempre en la vida hay un momento,
tomo los problemas por las astas
en el redondel del circo de la existencia
me decido a dar batalla
a dejar de huir
a enfrentar la tormenta azarosa
y desnudo, carente de ebriedad
caigo en tu cuerpo
de letras femeninas
de humedades volcánicas o lascivas
absorbiendo toda tu humanidad.
Esta noche es otra noche
con la fatiga de un don Juan extenuado
que consume las babas de tu ombligo
que arrasa con la dureza de tus puntas
erizando la superficie mojada de tu cuello
arrebatando las prendas de tu espalda
penetrando en el espejo de tus cantos
preguntando donde escondes el amor
por el que he andado tanto
para que la sonrisa de tu calida boca
responda con entera sinceridad
que en estas horas palpitantes
has abierto de par en par
la jaula virginal de tus afectos
por donde entregas de forma demencial
tu alma infinita de única amante.

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