martes, 4 de diciembre de 2012



EL POETA Y LA POESIA


Aún me queda una  metáfora
en las entrañas del pasado
en las tinieblas ligeras  de lo acaecido
como así quedan osamentas mías
llantos derramados en otras latitudes
alegrías que disipan abandonos
niñez plagada de alguna puntería
quedan los recuerdos vagos
y los contornos difusos
de las evocaciones pereciendo al final del día.
En los bolsillos del tiempo
tengo soledades ya vencidas
algún beso inocente en mi mejilla sonrojada
el espectro de encuentros en alguna  lejanía
una mano suave  hoy por mi  imaginada
el polvo de las rosas en mis ojos doloridos
y el silencio de las voces de tantos mediodías.
Hoy solo soy un conjunto de poesías
un libro de huesos fatigados
soy el párrafo que reposa junto a ti
en amaneceres de letras prohibidas
siendo el fantasma que jadea en tu oído
recreando  el suicidio de muertes repetidas
en un orgasmo estridente imaginado
cuando por tus tajos se pierden mis olvidos.
Me observo desde el papel
veo al hombre creyendo que me escribe
siento sus dedos como lejana compañía
se evapora cuando renuncia a la silla temperada
en este instante de apatía que me desinhibe
puedo gritar sin que nadie escuche mi mutismo
porque entre amores que suelen ser indiferentes
deambulan los seres con su corazón herido
remendables sino se estancan como aguas de algún rio
soy poema que nace y muere en si mismo.

No hay comentarios: